sábado, 4 de diciembre de 2010

Tifón

Es girar subjetivamente. El enredarse en este medio, este relleno de palmas falsas y celebraciones hilarantes. El reír, sonreír. Es la mirada penetrante que explota en los suelos, que revierte el primer sentir. La envoltura no configurada en mí, ajenos pájaros turquesas que se amalgaman a mi ser, a la pálida inconsciente. A la que no desea irse, a la locura hecha nación, el frenesí que oculta aquellos pesares de inmortal somnolencia. Ella no baila, ni derrocha mariposas en la plaza del parque, ella destroza los incendios, entumece el corazón. ¡Brilla! Ella asiente y se crece, se refuerza y vulnera. Ella ha roto el cemento, ha pintado cien nubes y ha maldecido esta vida.

jueves, 7 de octubre de 2010

Fiesta en Octubre

¿Puede un corazón ahogado caber entre las ranuras de esta profesía incumplida?

Extraño tanto las preguntas, los inentendibles y las apariencias.
Extraño tanto el repentino abrazo al pie de tu cama.
No dejes que las sombras oculten esta promesa, que promete ser cián.

jueves, 5 de agosto de 2010

Mi lugar

Tengo entre mis dedos diez cabellos que van destrozando tu interacción pulmonar y la sonrisa pequeña. Pues el sol ingresa en mis ojos y poco a poco el blanco va degenerando esta vida de pesares y de la sangre que cae del piso de arriba. Las garras crudas que van coloreando de gris insípido esta cama, este pedestal, esta yo. En los pies siento mil carreras recorridas, mas una vida sin gritos, ni muertes lapidadas. Allá van las luciérnagas por la ventana, allá va el cáliz redentor... Esta jaula inaudita que solo presenta placeres vívidos, mas no placeres concretos, precisos, sentidos. Es este maldito corazón latente, que no se increpa en la lucha. Maldito, maldito, que es ave, mas no pájaro.

martes, 13 de julio de 2010

Que mueve risa

Es que, te juro, que la sangre recorre a cien, mi palpitar, mi cordura se desata. No me interesan los hilos, no me interesan los otros músculos, en mí solo están tus dedos y aquellos huequitos que demarcan que existes, que explotas, que me enriqueces el alma. Las letras van cayendo del cielo, van dando vueltas alrededor de mi padecer y solo al oír tu voz...B, A, E, T, N, S, I... ¡Basta! ¡Me inundo! No hay aburrimiento cuando tu piel se eriza, cuando te desvaneces tras aquella esquina, cuando tus pestañas chocan cada pocos segundos tus mejillas. Y las montañas rusas, las que encantan, las que en mi cerebro se repercuten como tulipanes, aquellas, las del corazón.
¡Que hilarantes son estos tiempos!

martes, 20 de abril de 2010

Sin

Asesino, ignorante. ¡Deja de atacarme! Alejate, maldito.
Me hincas, me desalmas... ¡No quiero abrir los ojos!

¿Me oyes?

Los tengo cerrados y que los horizontes no se acerquen.
Así mi palpitar es como mi primer deseo.
La música y el arte, el odio romántico.
Lente teleobjetivo.
Pero...


¿Y el beso?

lunes, 5 de abril de 2010

Agenda

Lo material gira intermitentemente en este pesar de los años. No puedo interrumpir el padecer, no puedo exigir cordura. Si te alejas, lo perdiste... Y así pasa cuando nadie lo desea.
El karma es mi ficción, yo merezco el mal.
Mal de corazón.
Mal animal.
Mal insaciable.
La vergüenza no me asesina indiscriminadamente, sino que mis huesos bogan por aquellos andenes de adrenalina pura, silenciosa y ligera.
No te duele, no mata, ¡Arriba a los ojos!
Al parpadear el ungüento se invisibiliza.

martes, 9 de marzo de 2010

Ya no estamos en pascuas

La espalda siempre bien recta y, luego, dejar que me pinchen las vulgaridades de las calles. Primero que sí, luego que no, pero dijo que sí... Así que no. Si no le entienden a la primera, la mujer de masacre (en el lugar de corazón) se incendia en la ternura y desata la furia de la ignoracia. Duele, pero no mata.

Mis años más devotos se los debo a ella, mi corazón tortuoso también... Y este miedo, esta petrificante nación de azulejos. Le temo a la vida y le temo a la muerte, al padecer, al sentir placer, al gris pulmón que abarca el corazón de Manuel.

Estoy asustada.

Es por mí, corazón. Pues acá se enerva la vida y las raíces se suben al cielo. El trueno no te pedirá permiso y saldrá la sangre por tus ojos, pues el poder carcome y no deja a la razón encontrar un lugar en la fotografía. Y mi sufrimiento se hace inaudito.

miércoles, 3 de febrero de 2010

El regreso a cuadraditos

La inmensa, la de ego grande y comentarios enardecidos. Al lado de la insignificante, la conocedora del todos, de los diablos y los instrumentos. Esta frágil soledad que no se inmuta ante el transeúnte, ante la luz focal, ni el parpadear de tus pestañas (las lindas, claro).
Ni tu, ni tu renacer.
Pero sí la maliciosa garra de mi doble, de la rama caída que busca aquel ilustre uniforme incompleto.

La fantasía y el galope.
Color pastel con carnaval.
Fácil calor, pero sin soledad.
Amor provincial.
Mi corazón ya no se guarda, porque he regresado.