martes, 20 de abril de 2010

Sin

Asesino, ignorante. ¡Deja de atacarme! Alejate, maldito.
Me hincas, me desalmas... ¡No quiero abrir los ojos!

¿Me oyes?

Los tengo cerrados y que los horizontes no se acerquen.
Así mi palpitar es como mi primer deseo.
La música y el arte, el odio romántico.
Lente teleobjetivo.
Pero...


¿Y el beso?

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