Entumecidos se encuentran los jinetes del apocalipsis, cuando posas sobre mi ser. Es placer carnal doloroso y efímero tu sentir en los músculos y la pena me envuelve. Hubiese sido divertido, una mala mujer, la erótica, perversa y doliente.
Esa, yo.
Pero me haces regresar a esta realidad perdida, obsoleta. Infinita deficiencia de no haber aguantado en su ser millones de segundos más. Pues no lo conocí en el instante eterno, en la minuciosa claridad. En la repugnancia de mi pasado me encuentro y el camino se acelera al futuro regresivo.
Maldito! Maldito seas pensamiento bueno y concreto!
Las mil mariposas de mi epidermis están sitiendo sobre sus alas una redención...
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