Mi discurso, ante tu boca que llama, mata y provoca.
Colores que penetran mi jaula, este encierro maldito: Aquel amarillo infeliz y fascinante, de este rústico antojo.
Es que jamás he de pensarte si lo deseo, si lo necesito. Hundirme en aquellas letras que sobre vuelan sobre mi ser... al compaz de Within you without you, la forma de tu sombra, la tricionera, que me envuelve y te sigo, persigo.
Así, mi rabia y mi desgaste se procesan y resultan en ti, mi variedad, ése, tú.
¡Que alguien la encierre! ¡Guardenla! Que suelta en esta semana, no ayuda ni goza.
Tan solo me destruye... Y es tan sublime.
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