Esta explosión de sentimientos y limitaciones sociales. Después de ya casi dos décadas, aún mis límites me perforan el cerebro, para no poder acrecentar más mis conocimientos y mi pluridiversidad.
Y ahí suena una canción que no me deja manejar en alto. Por uno y por los dos lados.
La pierdo y, también, la perdí.
Ya no aprovecharé más las oportunidades, esperaré a que la droga llegue a mi cerebro y partirme el alma con inercia.
Soy yo.
Y debajo yo.
Que yo explote.
Que explote y que cree un mundo.
1 comentario:
:O..muy interesante!!!
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