lunes, 17 de noviembre de 2008
Swing
Ya llegó el momento. La hora de levedad.
Tras pasar tres segundos,
mi mente irá de aquí para allá llevando su imagen.
Hacia la derecha te amé y hacia la izquierda te extraño.
Levanto un pie y luego el otro, para girar y girar
y saber que aún así gire de por vida,
no te voy a retener tu calor jamás.
Como un ave negra busco tus restos
para así triunfar,
pero no debo hacerte la vida,
debo de procurarte alegre.
Una sonrisa y un beso.
Alzo un brazo y me coge por la cintura.
Y así, con este desorden vital, tengo la vida entera para pensarte.
Mirándose a los ojos para resaltar la sensualidad y
vislumbrando su pena más recóndita,
yo tan solo inhalo tu polvo y doy vueltas de melancolía.
Así recorres mi mente y me inhundas el fin.
Con un ritmo, con este swing.
Así, te bailo y te presento ante mi muerte.
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