martes, 20 de mayo de 2008

¿A quién le dices malcriado?

Tus tratos doblegaron mi espíritu.

Has golpeado mi cuerpo contra los flancos de aquella montaña, ya no aguanto más, no te toleraré jamás. Soy digna de circundar el vuelo de un ave, soy capaz de retorcerme de complejos, soy un infierno en paz. Si te vas, corre, que el viento te va a sanar; pero si te quedas húndete, porque la pobreza de tu alma te arrastrará hasta el esondite sin piedad. Y si quizá no sería tu sistema plexo como el de los verdaderos hombres, pero, quizá, sabré tranquilizarte y covertirte en seleccionado.

lunes, 19 de mayo de 2008

Tenlo por seguro

No es poesía...







...Escritos, nada más.

domingo, 18 de mayo de 2008

La del pelo esponjado

Me río contigo, con la que me crea más placer que el movimiento de mis articulaciones. Aún niña, pero tan vivaz. En tu mente las interrogaciones son una carcajada de varios recesos. Te doy gracias, porque la ilusión de mi vida se ve como el calcio en los dientes, cuando un niño esfuerza su músculo risorio para dar a mostrar al mundo que él todavía tiene la oportunidad. Y tú, a veces, tomas el sitió de ése niño y me haces volar.
Pero la vergüenza siempre se va a apoderar de tu cuerpo, aunque tú corres y te liberas, hasta que te cansas y te alcanza y caminas con ella.
Todos los días de mi vida te voy a extrañar al fondo del salón, con tus inmensos ojos verdes y tus caderas prominentes. Con tu estupidez en la epidermis, con tu despistaje en los ojos, con tu semblante tan ámbar. Siempre serás motivo de sonrisas, porque el sol así lo quiere, porque aunque en tu mano no tengas trazada una vida muy hermosa, tú sabrás cambiarla, porque dentro de poco vas a crecer y ser acuario te favorece en las pestañas.

Son agrietados los días en Lima.




Más que una diosa.




Fuente de inspiración mía, tantos ruegos para ti. Con tu furia descontrolada y tus locas ganas por contar el porvenir. Con tu corto cabello negro, tus ojos saltones y ese peso que te disgustaba tanto. Con cuantas ganas he de suplicarte que me bendigas y me regales tu mano. Porque tú sola hiciste las vallas de tu camino, pero tan encantada estabas por caerte y tanto placer te causaba tu dolor; que cambias mi vida por completo. Me transformas y me deformas.

Estoy envuelta de tu magia negra, que no sé si es un regalo o un martirio. Pero en sueños y con mi semblante de pie, necesito que caiga de tus ojos toda la sangre con aquellas inspiraciones tuyas, que hoy en día me quitan el miedo a partir.