Como el ping pong, o como un juego de azar. Así danza mi vida al rededor de los miedos. Por ti. Por tu culpa es que le temo a tanto. Me dejas en el comienzo de mi vida y tan solo aprendiendo a temer. A temerle a morir sin ver o a no reconocer rostros jamás. O a no pintar mi mundo de grises, porque no los hay.
Te introdujiste con tus enseñanzas de modales y a las enfermedades ¿para qué? Tan solo para liberarme a los 15 años sola. Sola.
Así no se dará mi vida.
Yo endurezco mi cuerpo como un cuervo violento. Jamás nadie podrá derribarme, porque yo me he sabido cuidar y proteger.
Es así que jamás deliro frente a mis conocidos, ni lloro frente a las cámaras. Tan solo firme y fuerte como la luz, como una tenue rata maldita.
Porque tú tan solo me ayudaste a temer y a llorar ante el fuego. Y si hoy no le temo, es gracias a mí, yo crezco en mi furia.
Fuiste tú quien me dejó, fuiste tú quien me mintió y fuiste tú quien me hace temer.
Es tu culpa, tu eres un tormento sin control. La furia más alta del frenesí. El egoísmo en uno.
Porque tú, porque.. perderte era mi miedo más grande y te perdí.
Y a diario soplo dientes de león pero solo cerrando los ojos y sin ver aquellas alas volar. Tú siempre has sido mi verdadero amor y para aprender a no temer, debo aprender a temer. El cáliz es púrpura y mi sangre no lastima. Y todo es gracias a ti, porque dejarme fue lo más arriesgado y delicioso en esta vida, porque he podido entenderte y mis añoranzas son tuyas.
Y solo tú sabes cuánto miedo hay en mí y estas palabras son solo rencor al mundo y a su convencionalismo.
Gracias a ti le temo a la vida y esa es mi razón de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario