martes, 25 de noviembre de 2008

El sol es de los ricos

El sol es de los ricos.

A nosotros solo nos queda el reflejo de algo finito en nuestro ciclo.

Es momento de alzar las voces y sentarnos en frente, en frente de él.

Ya toca entregarme a la Muerte, llena de pecados púrpura.

Ya es momento de soldarme en el suelo de una carretera.



Para equivocarme nuevamente.
Y repetir: "El sol es de los ricos".

lunes, 17 de noviembre de 2008

Swing



Ya llegó el momento. La hora de levedad.
Tras pasar tres segundos,
mi mente irá de aquí para allá llevando su imagen.
Hacia la derecha te amé y hacia la izquierda te extraño.
Levanto un pie y luego el otro, para girar y girar
y saber que aún así gire de por vida,
no te voy a retener tu calor jamás.
Como un ave negra busco tus restos
para así triunfar,
pero no debo hacerte la vida,
debo de procurarte alegre.

Una sonrisa y un beso.
Alzo un brazo y me coge por la cintura.

Y así, con este desorden vital, tengo la vida entera para pensarte.
Mirándose a los ojos para resaltar la sensualidad y
vislumbrando su pena más recóndita,
yo tan solo inhalo tu polvo y doy vueltas de melancolía.

Así recorres mi mente y me inhundas el fin.
Con un ritmo, con este swing.
Así, te bailo y te presento ante mi muerte.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Boom

Esta explosión de sentimientos y limitaciones sociales. Después de ya casi dos décadas, aún mis límites me perforan el cerebro, para no poder acrecentar más mis conocimientos y mi pluridiversidad.

Y ahí suena una canción que no me deja manejar en alto. Por uno y por los dos lados.

La pierdo y, también, la perdí.
Ya no aprovecharé más las oportunidades, esperaré a que la droga llegue a mi cerebro y partirme el alma con inercia.

Soy yo.
Y debajo yo.
Que yo explote.
Que explote y que cree un mundo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Mein Knallmais

Es que nunca, jamás te había sentido de esa forma. Tan deseoso, pero personal. Tan mío. Pero, silencio... ¿Escuchas? Casi nos descubren.
Debemos seguir así, en secreto y gozosos de amor. De mi amor por ti que no para y no se controla. Pero ¡Alto! Escúchame, alguien viene. Es afuera.
Con solo el paso de tu mano, como un ave gris que se inunda en mi razón, mi cuerpo se eriza y te llama y te dice que jamás había tenido sentimiento tal que por sí mismo grite y exhale candor.

Así, como el idílico caso que hizo surgir a la música y a la poesía, aún no encuentro manera alguna de profesarte este potencial creciente sentimiento.